LA Fempa celebró un curso de alpinismo para mujeres en el refugio del Meicín coincidiendo con el día de la mujer.
Sonia Casas guía de alta montaña ha guiado este fantástico fin de semana muy femenino.
En estos días de confinamiento he quedado un poco paralizada viendo lo que está sucediendo en nuestro país, y en el mundo entero en general. He pasado por varios estados de ánimo y hoy por fin retomo la concentración en todas esas tareas que he dejado pendientes, como esta.
El pasado 7 y 8 de marzo he estado como invitada en esta actividad para mujeres organizado por la Fempa y Sonia Casas, en Asturias. Una iniciativa para motivar a la mujer a ganar confianza en el alpinismo, en la montaña y en si misma, ya que estos deportes mayoritariamente son masculinos. Sin duda una experiencia muy enriquecedora en la que hemos estado involucradas 18 mujeres y el grandioso Chechu.

Grupo de alpinismo en femenino en Peña Ubiña
Con mis 32 años llevo 14 practicando deporte en la montaña, 11 de manera profesional. Soy muy consciente de que las mujeres en este medio somos una minoría. Os podría contar un montón de historias de superación y de zancadillas varias. También de comentarios que te llegan hasta el fondo de tu ser, haciéndote creer que no estas preparada para hacer determinadas cosas, el típico: «pero tú, ¿a dónde vas?»… En fin, esa no es la cuestión. No me gustaría enfocar este post a eso ya que no me ha impedido parar ni luchar por mis pasiones y sueños. También quiero destacar que ha habido muchos hombres en mi camino que me han motivado y ayudado muchísimo, que me han dado herramientas para continuar, mejorar y divertirme mucho. Que no todo el monte es orégano.

La verdad que en los últimos años son ya muchas las mujeres apasionadas por los diferentes deportes en la montaña, y eso me encanta. Es cierto que existen comunidades autónomas con mayor afición femenina que otras. La zona de los Pirineos, País Vasco, Navarra y Madrid sin duda llevan la delantera. La zona del norte: León, Asturias y Galicia sin embargo está arraigada a valores antiguos. Eso sí, las chicas de la zona vienen fuertes y con muchas ganas de cambiar todos estos estigmas. Desde luego es lo que respiré este fin de semana en el Refugio del Meicín con muchas mujeres del norte muy motivadas. Eso sí, todas con un objetivo común: CONOCER A MÁS MUJERES CON SUS MISMAS AFICIONES, POR QUE NOS FALTAN COMPAÑERAS.

Llegando al Refu el sábado.
Desde que empecé hacer deportes de nieve siempre he sentido la necesidad de compañeras, mujeres con las que compartir el día a día la pasión por la montaña. Compañeras que vean los «intríngulis» del deporte con los mismos ojos que los míos. Que experimenten la progresión de una manera semejante a la mía. Los hombres viven esa progresión de una manera muy diferente, son muchos y siempre tienen amigos en su mismo nivel para fijarse y tomar referencias. Sin embargo nosotras los tomamos a ellos como referencia de ejemplos en los movimientos técnicos que queremos conseguir, cuando nuestros cuerpos son diferentes.

Además de tener que luchar siempre con «la mochila» de que nuestro nivel siempre va a estar por debajo de los amigos con los que estamos.
!Ojo! Eso no es así, y eso es algo que las chicas que entrenan con chicas no desarrollan, ya que se marcan sus metas y referencias entre ellas creando un instinto de superación muy diferente.

En ocasiones, cuando se juntan ambos sexos nos damos cuenta que muchas chicas llegan a superara a los chicos. Cosa que no hubiese pasado si hubiesen entrenado en un ambiente masculino. Es esa parte psicológica la que a veces nos ralentiza. De ahí la necesidad de crearles referencia a las que vienen, las niñas.

Llegados a este punto quiero hablar de la sororidad. Además de ser pocas, competimos, y nos desprestigiamos nosotras mismas.
En numerosas ocasiones he vivido como apenas te puedes acercar a la chica del grupo. En esa búsqueda de una compañera de batallas, te encuentras hostilidad y mal rollo. En una lucha competitiva para destacar más que ninguna. Nosotras mismas somos las primeras que nos rechazamos y hemos puesto barreras. Me gustaría que todas tomásemos esa parte de responsabilidad, quiero hablar de ella para hacernos conscientes de que existe y así eliminarla y no transmitirla a las mas jóvenes.

Esta es la 4ª actividad relacionada con el deporte y las mujeres, que realizo en los últimos 9 meses. Estoy impresionada de la necesidad que tenemos de encontrar compañeras y crear reuniones de este tipo. Ya no solo a nivel de iniciación, sino también de verdaderas expediciones y salidas organizadas y dirigidas por y para mujeres. Somos líderes y lo queremos demostrar. Queremos ganarnos la satisfacción de nuestros logros. Somos capaces de hacer lo que nos propongamos, salir solas de nuestros errores y continuar progresando. A nuestro ritmo, pero nosotras mismas.
Sin duda ha sido una manera muy especial de vivir la montaña. Montaña que como nosotras también es mujer.

El sábado por la mañana iniciamos una bonita travesía hasta el refugio del Meicín, dónde pasamos la noche. Allí desarrollamos actividades de alpinismo, de familiarización del material, practicamos las técnicas de autodetención, por que sabemos que no somos perfectas y que estamos preparadas para caernos.

Cenamos e hicimos una bonita convivencia intercambiando experiencias y uniendo fuerzas.

El domingo hicimos una salida para poner en práctica todo lo aprendido y sobre todo para disfrutar de nuestra compañía.

Gracias chicas por un fin de semana tan especial, que sin duda no quedará solo en estos dos días, ya que ha sido la perfecta excusa de conocernos para poder hacer muchas cosas juntas.
Gracias: Sonia, Estela, Ana Rosa, Sandra, Luz, Yolanda, Oiana, Raquel, Alea, Verónica, Ana, Marta, Aline, Laura e Ilari.
Gracias a Irene, Sonia, Chechu y la Fempa por hacer esto posible.
Gracias al Refugio del Meicín por hacernos sentir como en casa.
Pd: Que pase pronto esta locura del covid19 y que valga para hacernos reflexionar en todo lo que es importante de verdad. Salud y fuerza a todos.